Más allá de las diferencias y polarizaciones exacerbadas por algunos desde la mentira y la desconfianza, lo ocurrido el día de ayer fue realmente histórico para el futuro del país. Se trató de pasar una página de violencia con una de las guerrillas mejor organizadas y antiguas del continente. Se trata de creer en la esperanza, creer que las cosas pueden ser diferentes.
Ahora bien, depende de nosotros empezar a construir. Mucho ánimo.